Filtro

09.12.2022

A veces pienso que esta va a ser mi vida... Siempre con frío. Siguiendo a personas más felices que yo para tratar de aprender cómo lo hacen. Me he vuelto bastante bueno en ello. Si tuviera mil intentos para tratar de estar ahí, riendo con ellos... Pero no... Creo que ni así lo lograría. Esto ya es una costumbre.

- ¿Qué onda Mole?

- Viene lento hoy, pasá.

Yo acá solo. Parece casi normal...

- Disculpame... ¿Se puede pasar?

- Vas a tener que esperar, pibe. No hay mesas para uno.

- ... Ok.

... Normal. Adentro siempre se divierten, pasan un buen momento ¿pero qué diferencia hay entre adentro y afuera para mí?

*** 

Finalmente puedo pasar. Están en su mesa de siempre ¿cómo es que lo hacen? Debe de haber alguna manera. Los días pasan y sigo tratando de encontrarle la vuelta, de resolver esta fórmula. Y pareciera que ellos ya la han resuelto sin siquiera esforzarse. Para mí las posibilidades son infinitas y me abruman. Todo pareciera ser prueba y error. Siempre esperando una posibilidad para dar el golpe.

- ¿Me das un agua, por favor?

- ¿¡Qué!?

- ¡Un agua!

- ¡Ahí va!

- ¡Gracias...!

Victoria. Creo que ella me entendería. Pero realmente no tengo forma de saberlo sin hablarle.

- Hola...

- ¿Eh? ¡Ah, hola!

No sé qué más decir. No planeaba que me respondiera en primer lugar.

- ¿Cómo est...?

- Vamos saliendo que es tarde.

- Bueno... vamos.

Victoria me mira por unos segundos, con lástima.

- ¡Chau!

- Chau...

***

Hay alrededor de 9.000 millones de personas en el mundo, solo un 20 por ciento hace el trabajo por el que estudió. Ese número siempre me pareció muy alto.

- ¡Vamos, eh! Que no te pago para papar moscas.

Yo estoy en algún lugar de ese ochenta por ciento. En una zona muy patética de ese ochenta por ciento. De la que no sé cómo escapar.

- Un momento.

Ser empleado de un ex coronel del ejército nunca me pareció una buena idea. Pero entonces de nuevo recordé que no tuve ninguna opción.

- Pase.

- Disculpe, Señor Vivar.

- ¿Sí?

- Quería hablarle acerca de los horarios de la semana que viene...

- ¿Qué tienen?

- En el calendario dice que tengo que trabajar el sábado y yo ya había trabajado el sábado pasado. Además, tengo un examen que se aproxima.

- Ah, ¿Entonces querés que haga diferencias con tus compañeros de trabajo?

- ¿Qué? No... Yo solo...

- Los horarios quedan como están.

- Pero...

- ¿Necesitás algo más?

- No...

Siento que hay algo que no puedo descifrar... Pero siempre tengo mañana. Quizás.

*** 

- Uff... Cada cinco segundos tenés una...

"¿Cansado de que te pasen por arriba?".

- ¿Eh?

"¿Incapaz de ser asertivo, de decir lo que realmente pensás? ¡Acá está tu solución! Con el nuevo implante craneal 4LIFE, todos tus pensamientos van a pasar por un 'filtro', este los traducirá en frases mejoradas cien por ciento comprobadas, de lo que vos querés decir pero simplemente no encontrás la forma. Lográ que te acepten tus compañeros, evitá malos entendidos, confrontá esas conversaciones difíciles que estabas evitando. Solo por hoy, descuento especial para los primeros...

- Basta.

*** 

- Los filtros son diferentes formas en que interpretamos la realidad, cómo procesamos la información y el significado que le damos. Creamos nuestros filtros mentales a partir de las experiencias que vivimos, generalmente de manera inconsciente y no...

- Hey.

- ¡Hola!

- Quiero hablarte de algo después de clase.

- ¿En serio?

Solo la miro. Nunca sostuve una mirada por tanto tiempo antes.

- Bueno, dale.

***

- Quería invitarte a salir desde hace un tiempo. Y este me parece el momento.

- Bueno, esto es una sorpresa. ¿Quién es este nuevo chico que me invita?

- Soy yo, soy yo.

***

La puerta de la oficina del señor Vivar está cerrada.

- Tengo que hablar con usted, señor Vivar.

- ¿Así nomás pasás? ¿Sin preguntar?

- Quiero decirle que no voy a venir este sábado.

- ¿Perdón? ¿Volvemos a querer hacer diferencias?

- Debo decirle que es usted el que está haciendo diferencias. El reglamento claramente estipula que ningún empleado está obligado a concurrir al trabajo dos fines de semana seguidos. Además, de la misma manera podría haberme tomado el día libre por examen, pero no lo hice porque lo respeto mucho, señor Vivar. Creo que es un gran jefe y que simplemente no se dio cuenta de esta situación.

- No... No me había dado cuenta. Gracias por hacérmelo saber. Llamala a Vanesa para que cubra el día, por favor. Y la próxima vez tomate tu día de examen. Es tu derecho.

- Gracias, señor Vivar

Demasiado fácil.

*** 

- ¡No, no hay manera de que hayas hecho eso!

- ¿¡Por qué!?

- ¡Porque no es natural! ¿¡No aprendiste nada de La Naranja Mecánica!?

- ¡Esto no tiene nada que ver con La Naranja Mecánica!

- Es verdad, ¿quién no quisiera tener la capacidad de decir adecuadamente lo que piensa?

- O de manipular a su jefe.

- Simplemente creo que uno mismo tiene que aprender a manejarse. Cualquier aditamento, no sé, no es humano ¿qué pasaría si todos usáramos ese aparatito?

- ¡No habría perdedores como vos!

Sentí cómo mis ojos se volvieron rojos. La furia con la que habían brotado esas palabras fue algo que no pude controlar.

- Yo no...

- Esa es la droga hablando.

- Las máquinas nos van a dominar, yo ya se los dije.

***

Salimos todos juntos del bar. La noche oscura contrasta con las luces de neón.

- Aquí está MI máquina ¡gracias por la romantización del declive económico!

- Dale, Huxley, ¿me podés acercar?

- Simón, ajústate el cinturón.

- ¿Tomy, me acompañás un rato?

- Está bien.

***

- Disculpá, lo que dije, no fue en serio.

- Puede ser. Solo espero que te cuides ¿ok? Chau.

Tomás se marcha. ¿Que me cuide?

***

- ¿Pero es que no entiende lo que le digo?

- Lo que usted presenció fue una actualización, señor. Es totalmente normal.

- ¿Normal? Le dije a mi mejor amigo que era un perdedor ¿eso le parece normal?

- El equipo solo está recalculando sus interacciones según sus pensamientos y preferencias.

- Quiero saber cómo puedo apagar el implante, eso es todo.

- Solo tiene que decir "desactivar". Pero nosotros podemos hacerlo remotamente desde aquí, si así lo prefiere. Aguarde un momento que realizaremos un pequeño escaneo.

- ¿Escaneo?

- El equipo ha sido desactivado, señor. Recuerde que aún está en el periodo de prueba, luego de ello no podrá...

- Sí, sí, gracias.

"Desactivar".

***

- Estás muy callado esta noche... No sé... raro.

- Perdón, solo es que...

- Disculpá, ¿te la puedo robar un momento?

- No te molesta ¿verdad?

Me quedo callado. Ella se va.

***

- El sábado trabajás.

- Pero, señor Vivar...

- Fernando tiene examen, Vanesa ya estuvo el sábado anterior: te toca.

- ¿Pero no hay otras... personas?

- A las cuales ya les tocará su turno, empleado.

- ... Ok.

Siento su mirada, escaneando mi inseguridad.

- ¿Ok? ¿Dónde está ese fuego con el que defendiste tu hombría la semana anterior? Tal vez eso solo fue casualidad...

Mi silencio me incomoda a mí mismo. Solo tengo una forma de arreglar esto.

***

- Asistencia, ¿en qué puedo ayudarlo?

- Quiero reactivar mi equipo.

- Pero señor, Ud....

- No, no me importa, cuanto antes, por favor.

***

- No hay mesas para uno

- No hay otros trabajos para gorilas ¿verdad?

Mole se queda duro como lo que es, sin saber cómo reaccionar. Paso. No necesito una mesa.

***

- ¿Algo de lo que me tenga que enterar?

- Che, podés hablar con ella mañana si querés, pero por el momento estamos tratando de disfrutar un poco, así que...

- ¡Nadie te preguntó, decorado!

Un zumbido acuciante retumba en mi cabeza. ¿¡Qué me pasa!? No puedo pensar. Con transpiración recorriendo mis sienes y un cansancio que oprime mi cuerpo sigo hablando como un autómata, en una inercia que partió de un movimiento que yo no he realizado.

- Solo quiero escucharlo de ella misma. No te cuesta nada pasar de uno a otro ¿eh?

- Es que... Marcos me invitó a salir y vos estabas comportándote diferente y...

- ¡Y eso no te excusa de ser una perra!

- ¡Moleeeeee!

- ¡Basta!

En el suelo del bar, tumbado por el golpe de Marcos, tuve un momento de lucidez para preguntarme si de verdad estaba pensando eso que dije. Mole me inmoviliza y me arroja fuera de las instalaciones. Lo hace sin placer: es su trabajo.

- Pendejo irrespetuoso... Espero que con esto dejes de seguir a las personas.

*** 

Camino por las calles con las rodillas dobladas, mi centro de equilibrio totalmente ausente. Desactivar. Desactivar.

- ¡Desactivar!

No sucede nada.

Por la gloria de la romantización del declive económico es que encuentro una botella de cerveza rota. Hace años que habíamos dejado de usar vidrio. Eco-friendly. Pero resultan más baratas.

Sí... Lo estaba pensando.

*** 

Una oportunidad más para volverlo a intentar. Quizás al mil y un...

Todos mis amigos me han venido a visitar. Sus caras son el oasis que demuestra que no lo he perdido todo.

- A ustedes se los ve bastante contentos.

- Finalmente lo hicimos, amigo, sos una inspiración.

- ¿Cómo? ¿Qué... qué es lo que hicieron?

- La última frontera. El cruce del Rubicón.

- ¡Y es una bicoca!

Los ojos de Tomás, de un rojo escarlata y brillante, me hielan la sangre con su frialdad polar. No hay amor, solo comunicación.

- La mejor idea que has tenido, perdedor.


"Filtro" fue finalista de la décima edición del Premio Itaú de Cuento Digital y publicado en forma digital en Revista Miseria, N° 62