El inmortal

ESCENA ÚNICA

Un hombre muy viejo en silla de ruedas con un niño sin rostro en su regazo están en escena. Cerca de ellos hay una gran piedra. Se prenden las luces.

EL NIÑO tira de la barba del VIEJO. EL VIEJO no responde. EL NIÑO se baja y empieza a correr alrededor, jugando y se sienta en la piedra.

VIEJO: Tanto tiempo... y nunca más tuve esperanzas como a los seis años, qué decadente. Tenía altos honores en la escuela, repetí años enteros (EL NIÑO desciende y escribe en la piedra un "Aún no satisfactorio" que comienza como el símbolo de la anarquía). Tenía esperanzas y las perdí sin importar lo que me dijeran, sea bueno o malo me volvía cínico o rebelde. Me casé varias veces, me separé... enviudé. Perdí todo mi dinero y lo recuperé para hundirme hasta el fondo y volver (EL NIÑO juega con un avioncito imitando las subidas y bajadas que cuenta el viejo). Estuve en la guerra (EL NIÑO hace como que el avión dispara: "papapa"). Tuve el accidente (EL NIÑO choca el avión en la piedra) y sobreviví (EL NIÑO mira los restos del avión en el suelo). A algo que nadie tendría que haber sobrevivido (EL NIÑO pisa frenéticamente los restos del avioncito), yo sobreviví; y después de eso no pasó nada más, ni tuve el más mínimo resfrío (tose). Vi épocas de progreso y vi el retroceso. Cambié de vida tantas veces que ya no tiene sentido y terminé acá. Me despierto cada día y solo veo cosas de este mundo. Y a pesar de que lo quiero, lo deseo... no puedo morir (pone sus manos en su cara).

EL NIÑO llora burlando al VIEJO. EL VIEJO lo mira con enojo. EL NIÑO para un segundo y luego vuelve a llorar más fuerte corriendo para todos lados. EL VIEJO cierra los ojos y se agarra la cabeza. EL NIÑO se detiene abruptamente y se va corriendo del escenario. EL VIEJO abre los ojos, mirando para todos lados.

VIEJO: Ni siquiera los recuerdos me acompañan ¿de qué sirve una vida si no la recuerdo? ¿de qué sirve mi vida si no muero? ¿para qué mirar para atrás si no hay un fin?... Nunca trataría de matarme... no podría intentarlo siquiera, solo me queda seguir esperando (tose mucho). Me duele. No voy a morir de dolor; a veces creo que el dolor me hace seguir viviendo. La enfermedad me dejó así. Cuando me di cuenta de que no podía morir, desistí. Lo intenté. Pero... ¿por qué sigo acá? (pausa. EL NIÑO asoma para entrar de nuevo) ¿¡por qué!? ¡Si lo intenté, ayudé! ¡Ayudé a los veinte, a los treinta, a los cuarenta, a los cincuenta! Hice todo lo que me ordenaron... lo que me pidieron ¡CARAJO! (EL NIÑO se asusta con el grito y se retira un poco. EL VIEJO se agarra la cabeza por unos momentos).

Pausa. EL NIÑO vuelve a asomarse para entrar y se queda mirando a la distancia.

VIEJO: Se olvidaron de mí. Ni siquiera puedo... NADA, no recuerdo lo que hicimos, lo que vivimos juntos, solo me queda una pequeña memoria que no puedo lograr que me importe. Me dejaron acá, ¡HIJOS DE PUTA!, uno por uno (tose un poco) los terminé perdiendo, rostros en el olvido... que no pueden volver, no puedo buscarlos. Estoy solo.

Pausa.

EL NIÑO se acerca lentamente con un globo al viejo, apoya su mano en el hombro y este la quita automáticamente.

VIEJO: Salí.

EL VIEJO se aleja para otro lugar del escenario. EL NIÑO lo observa y se sienta sobre la piedra con el globo, mirando hacia el fondo de escena. EL VIEJO voltea y lo mira por unos instantes.

VIEJO: Sé que va a cumplir el mismo destino que yo. Incapaz de que algo le importe y de que a alguien le importe (pausa). Nada importa, todo importa... (bufa y escupe) pero algo sigue haciendo que abramos los ojos, respiremos y latamos, sin ninguna orden ni control.

EL NIÑO hace ruidos con el globo. EL VIEJO mira para su lado.

VIEJO: Su padre es un gran amigo mío, a veces lo cuido... ¡Bah! ¿qué digo?, las cosas se me desordenan en la cabeza... Alguna vez todo esto tuvo sentido y lo perdió, lo perdí, lo olvidé, lo perdí y...

EL NIÑO juega con el globo y se le revienta.

VIEJO (EL NIÑO empieza a llorar. EL VIEJO lo ignora y continúa con su relato al unísono con el llanto del NIÑO): Si pudiera hacer algo para sentirme en paz, pero no puedo hacer nada, ya casi no puedo moverme de aquí (EL NIÑO llora más fuerte y EL VIEJO aumenta el volumen de su voz para que se lo escuche). Voy a volverme una planta pero seguiré siendo consciente, veré a la gente pasar y me ignorarán como parte del paisaje, sonriendo hacia mí pero sin mirarme ¡sin que me mire nadie!

EL NIÑO mira hacia su lado calmándose.

VIEJO: Sé que tengo un nieto... no recuerdo su rostro y no sé dónde está, ni quiero buscarlo. (Lo ve al NIÑO) La vida te golpea y vos seguís viviendo ¿eh?

EL NIÑO mira hacia su lado riendo.

VIEJO: Pero golpea demasiado...

EL NIÑO hace una morisqueta y ELVIEJO se ríe.

VIEJO: Qué criatura infernal.

EL NIÑO descubre su rostro.

VIEJO: ¡Fuera, Balberith! Déjame con mi miseria, con mis pestes, con mis martirios.

EL NIÑO se retira.

VIEJO: ¡No! Perá... vení... (EL NIÑO se acerca) ¿Quién sos? (EL NIÑO guarda silencio) ¿¡Quién sos!? (EL NIÑO no responde) ¡Te estoy hablando, carajo, respondé!... (EL NIÑO se acerca a él y lo burla).

EL VIEJO grita e intenta agarrar al NIÑO pero se cae de la silla.

VIEJO: ¡AHHH, esto es el infierno!(EL NIÑO se ríe) ¿Qué, te hacés el gracioso? (EL VIEJO empieza a perseguir al NIÑO y este corre, riendo) ¡Vení para acá, nene! (corren alrededor de la piedra). Te voy a enseñar como me enseñaron a mí (EL NIÑO toma la silla de ruedas y corre con ella) ¡Perá! ¿Qué haces? ¡Trae eso para acá, carajo!

EL NIÑO sigue corriendo y EL VIEJO cansado se apoya sobre la piedra, exhausto.

VIEJO: Nunca quise tener hijos, no quería ser parte de esto, y mirá cómo me tenés (EL NIÑO se pone a jugar con la silla en un rincón de la escena) tampoco es que tuve opción (pausa) ¿de qué sirve una vida si no la recuerdo? ¿de qué sirve mi vida si no muero? ¿cómo mirar atrás si no hay un fin? Ni siquiera puedo... NADA, ni lo que hicimos, lo que vivimos, solo una pequeña memoria que no me importa. Me dejaron acá, los termine perdiendo. Se fueron. Incluso... (se corta).

EL NIÑO se acerca y tiende su mano para tocar el brazo del VIEJO. EL VIEJO lo frena.

VIEJO: ¿Quién sos?

Silencio. EL NIÑO sale corriendo, se sube a la piedra, salta y se golpea por caída. EL VIEJO lo mira preocupado y se acerca.

VIEJO: ¿Nene, estás bien?

EL NIÑO despierta riéndose. EL VIEJO se enoja y luego se ríe.

VIEJO: Bueno, está bien, no me digas ni cómo estás, ni quién sos, no me digas nada. No te preocupés... ¿vos sabés que yo también tuve un accidente? (EL NIÑO lo mira). Pasó hace mucho tiempo pero recuerdo que... (se pausa mientras lo ve al NIÑO) me asusté, me asusté mucho, tuve un miedo terrible... y perdí algo que quería mucho. Después de eso me olvidé cómo... jugar, no sé... ¡Me olvidé! (ríe tímidamente).

NIÑO: ¿Te olvidaste?

EL VIEJO lo mira entre sorprendido y conmovido.

VIEJO: Sí...

NIÑO: ¿Y qué hiciste?

Pausa.

VIEJO (como en un trance): Nada.

NIÑO: ¿Por qué?

VIEJO: Porque pensé que ya no podía.

Pausa.

VIEJO: Sabés, nene, a veces la vida nos pone retos y... no es fácil pero... sigue, aunque no lo parezca a veces (tose un poco y ríe), no sé...

NIÑO: ¡Al final no sabés nada vos!

VIEJO (ríe): Me parece que tenés razón, nene.

NIÑO: Vení... (lo toma de la manga y lo lleva al centro) Dale, ¡¡¡vení!!! Quedate acá.

VIEJO: ¿Acá?

NIÑO: No... ahí no... (lo acomoda) ¡Ahí!

VIEJO: ¿Acá?

NIÑO: ¡Sí!

VIEJO: ¿Y ahora qué hago?

NIÑO: Date la vuelta

VIEJO: Ehhh... ¿Así?

NIÑO: ¡Sí!.... y ahora, caminamos contando hasta cinco...

Ambos cuentan hasta cinco mientras caminan. EL VIEJO se ríe al ver lo que hace el NIÑO.

NIÑO: ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! (el niño le dispara y se detiene). Hey... ¡no te rías!... Te estoy disparando, ¡somos vaqueros! ¡Pum! ¡Pum!

VIEJO: ¡Ahhh, me vas a matar!

NIÑO (en personaje de vaquero): No a menos que hagas lo que te digo, vaquero....

VIEJO (casi sin aliento): Perdoname, nene, hace rato que no jugaba nada, estoy un poco oxidado, tengo que entender el juego, me parece.

NIÑO (ríendo): ¡No importa! Vos seguime... (vuelve al personaje) ahora eres mi rehén... haz lo que te digo o serás picadillo...

VIEJO (desganado): No me haga nada, señor, por favor.

NIÑO (sale del personaje): Dale... ¡Con ganas! Hacelo bien o no jugamos más

VIEJO: ¡Bueno, che! ¡Perá que agarre un poco de ritmo, caramba!

NIÑO (vuelve al personaje): Solo una cosa puede salvarte, Billy...

VIEJO (pregunta con real interés): ¿¡Qué!?

NIÑO: No... así no... tenés que decir mi nombre, como yo dije el tuyo...

VIEJO: Bueno, Jessie...

NIÑO: ¡Debes darme una respuesta!

VIEJO: ¿Qué respuesta?

NIÑO: ¿Qué perdiste?

EL VIEJO se queda inmóvil.

NIÑO: Dímelo o ya no habrá salida de esto, Billy...

VIEJO: No, no puedo, Jessie...

NIÑO: Tres...

VIEJO: Jessie...

NIÑO: Dos...

VIEJO: No

NIÑO: ¡Uno!

VIEJO: ¡BASTA!

Pausa. EL VIEJO comienza a sollozar. EL NIÑO se acerca de a poco.

NIÑO: Tranquilo... no son armas de verdad.

EL VIEJO mira al NIÑO y sonríe.

NIÑO: Si no me querés contar no pasa nada.

VIEJO: Estoy cansado... traeme la silla por favor.

EL NIÑO le acerca la silla al VIEJO para que se siente.

VIEJO: Gracias.... Me perdí por un momento.

NIÑO: No...

VIEJO: ¿Me podrías llevar un poco vos? Por un rato nomás...

EL NIÑO empuja la silla de ruedas del VIEJO hasta sacarlo del escenario.

VIEJO: Gracias... gracias (tosiendo).

Entran cuatro chicos por el lado opuesto de donde sale EL VIEJO haciendo una secuencia de movimiento que simula la situación del avión al inicio de la obra. EL NIÑO vuelve a escena y se sube a la piedra, mirando a los chicos mientras juegan.

TELÓN

Esta obra fue ganadora del Concurso Nacional de Dramaturgia 10.000 Caracteres.